El objetivo de este ensayo es estudiar con el mayor detalle a la vez que con la mayor amplitud posible la fecunda relación entre Borges y el pueblo del libro en la medida que esa relación se evidencia en la obra creativa, en los testimonios personales y en la correspondencia del autor. En primer lugar, procuro establecer la pertinencia de relacionar la obra de un autor supuestamente no judío con el judaísmo. En segundo lugar, y en consideración del hecho que la obra del escritor se caracteriza por una heterogeneidad cultural, filosófica, moral e imaginativa o literaria en la que la cultura hebrea no parece prima facie ocupar un lugar central, intento mostrar el grado preeminente de amplitud y penetración con que Borges conoció, reflexionó e interiorizó la imaginación y el pensamiento hebreo en sus manifestaciones paradigmáticas. En tercer lugar, indago en textos en los que la complejidad y la profundidad trascendente de la obra de Borges guardan una íntima relación con su interiorización de la cultura del pueblo del libro, tanto con la intrínseca heterogeneidad y universalidad de sus producciones, como con el arraigo histórico de su relación con la cultura occidental. Por último, se deslindan los pormenores de esa relación y se interpreta desde la perspectiva de esa relación el sentido de las piezas literarias escogidas.