Usualmente cuando la gente emigra a otros países, lleva consigo objetos familiares que los anclan a su país de origen. Similarmente, la comida se puede utilizar como un objeto familiar cuando los inmigrantes aterrizan en lugares extraños. Este artículo explora cómo las mujeres judías mexicanas Ashkenazis utilizaron sus experiencias gastronómicas únicas para recrear recuerdos de una patria abandonada en su país de adopción. En México, los judíos comían comida tradicional judía para mantener y conectarse con sus lugares de origen ancestrales y con el judaísmo, en Israel comen comida mexicana para vincularse con su hogar perdido. También explorará cómo estás mujeres recientemente han utilizado la comida como fuente de ingreso durante y después de la pandemia de Covid-19. Este artículo se basa en una investigación realizada en Israel y utiliza una variedad de fuentes: entrevistas, observaciones de los participantes, libros de cocina, recetarios inéditos, y charlas culinarias como lo acuñó Abarca (2004).